DE "LA LEY DEL MÁS FUERTE" A LA LEY DE "EL BIEN ES MÁS FUERTE"[1]
(Por Ramón D. Marín)
Como consecuencia de la brecha entre ricos y pobres, se han perfilado dos tipos de seres humanos: unos ricos, bonitos e inteligentes y otros pobres, feos y al parecer no tan inteligentes. Ese era, a vuelo de pájaro, el comentario noticioso que resonó en mis oídos, con cierta indignación, hace algunos años. Eso significaría que las esplendorosas bellezas tropicales, australes y nórdicas que rebosan, enajenan y apaciguan el corazón, el alma y los sentidos de los pobres, débiles, encandiladizos miembros del así llamado sexo viril son esculturas creadas por la mano, al parecer maestra, de la propiedad privada[2][3]. Según las cuentas, hasta el solterón empedernido debe estar agradecido porque como mínimo uno de sus sentidos está recibiendo los beneficios de tan extraordinario logro.
Lo que ha pasado y pasará con la evolución lo puede decir mejor la ciencia, pero tratemos por un momento de juntar la mucha o poca información que poseamos sobre el asunto de la evolución, concentrarnos profundamente, sumar, restar, dividir, multiplicar y hacer nuestras mejores cábalas.
Si el problema de la propiedad privada hubiese de continuar por el tiempo suficiente, pasaría entonces que la bifurcación de la especie humana se acentuaría cada vez más, dando lugar verdaderamente a 2 especies distintas de seres humanos que probablemente se llamarían los “ricosapiens” y los “neanderpobres”[4]:
Los “ricosapiens” cada vez más bonitos, más ricos y más inteligentes.
Los “neanderpobres” cada vez más feos, más pobres y menos inteligentes (que los "ricosapiens).
Ausencia de flujo genético[5] entre unos y otros debido a la selección social y la selección sexual.
Esta tendencia acrecentándose y perpetuándose como consecuencia de las barreras socioeconómicas.
Muy probablemente no tendríamos que hablar de la desaparición de los unos y prevalencia de los otros como sucedió hace entre 28.000 y 35.000 años[6][7][8] (hay quienes piensan que se fusionaron, pero ninguno de los dos bandos parece tener pruebas contundentes aún) porque nuestra evolución cultural probablemente aseguraría un cierto nivel de respeto por los derechos de los menos afortunados. Pero si ese no fuese el caso, (como novedad) los pobres “neanderpobres” seríamos los hipotéticos desaparecidos porque el más apto... el dinero, el poder, la inteligencia...
Pero afortunadamente las cosas no llegarán a tales extremos porque siendo la evolución un proceso que tarda tanto tiempo, hay grandes probabilidades de que se encuentre una solución al problema de la concentración de la riqueza, la brecha entre ricos y pobres y la propiedad privada antes de que éste alcance a generar 2 especies distintas de seres humanos. No obstante, la evolución seguirá su curso[9].
"Puede decirse metafóricamente que la selección natural está haciendo diariamente, y hasta por horas, en todo el mundo, el escrutinio de las variaciones más pequeñas; desechando las que son malas, conservando y acumulando las que son buenas, trabajando insensible y silenciosamente donde y cuando se presenta una oportunidad, en el mejoramiento de todo ser orgánico en relación con sus condiciones orgánicas e inorgánicas de vida. No vemos estos pequeños y progresivos cambios hasta que la mano del tiempo marca el sello de las edades, y aun entonces tan imperfecta es nuestra vista para alcanzar las épocas geológicas remotas, que lo único que vemos es que no son hoy las formas de vida lo que en otro tiempo fueron"[10].
Dado que el problema en cuestión se va a resolver oportunamente[11] (para que la paz mundial prevalezca y no se produzcan enredamientos de grandes proporciones que podrían poner en peligro la supervivencia de la especie humana) el papel nivelador del estado estaría entonces democratizando[12] en cierta medida el acceso a las posibilidades de transmisión de los genes a la siguiente generación.
¿Qué consecuencias tendría esta democratización?
Consideremos la lucha por la supervivencia desde uno de sus ángulos: la consecución del sustento. Antes de la democratización (un lapso de millones de años), se tendrían más opciones de proveer para sí y para los suyos siendo violento/agresivo/rudo por razones tales como[13][14]:
Existe relación entre ser violento/agresivo/rudo y la capacidad para desempeñarse en un mundo en el que hay que competir frenéticamente por la subsistencia[15].
Si se tiene mejor desempeño en la consecución de la subsistencia, se transmite esa característica y su descendencia tiene mejores probabilidades de sobrevivir y perpetuarla.
El individuo menos violento/agresivo/rudo tiene desventajas a la hora de competir por la subsistencia para él y su familia.
El individuo menos violento/agresivo/rudo tiene desventajas a la hora de competir por el sexo contrario; por lo tanto menores posibilidades de tener descendencia, y le transmite a su descendencia esas mismas desventajas.
"En algunos primates, por ejemplo, los dominantes reciben más espulgado que los menos dominantes, o tienen prioridad sobre el alimento disponible o sobre las hembras en celo. Las jerarquías pueden ser lineales… triangulares o hasta cuadrangulares, cuando se forman alianzas que dominan conjuntamente a otros como se ha observado con los babuinos africanos"[16].
En este período, la “ley del más fuerte/violento/agresivo/rudo” marca una enorme diferencia; porque determina cuales individuos tienen acceso a los bienes materiales y, por las razones anteriores, mejores probabilidades de proveer la subsistencia para sí y los suyos, mayores probabilidades de supervivencia y mejores probabilidades de transmisión de los genes[17].
"El registro arqueológico muestra que durante el 99% de nuestra historia (más de 4 millones de años) el hombre vivió en grupos pequeños, no mayores de 50 individuos, fue nómada y subsistió como cazador de presas animales y recolector de alimento vegetal. También indica que el sedentarismo es un fenómeno reciente (de hace alrededor de 12 000 años) en la historia de nuestra especie, y que el urbanismo es un fenómeno reciente (de hace alrededor de 7 000 años). Los patrones humanos de agresión, afecto, y reacción al estrés, así como la estructura de la familia y la vida social fueron moldeados durante ese largo período transcurrido antes de la aparición del sedentarismo"[18].
Pero después de la democratización (que sucederá en algún momento futuro), se invertirían los papeles debido a que el asunto de la subsistencia estaría solucionado. Ya no se necesitaría ser violento/agresivo/rudo para tener mejores probabilidades de proveer, sobrevivir y pasar los genes. Lo que marcaría la diferencia en este siguiente período sería el lapso de vida: Si se supone que el violento tendría en promedio un lapso de vida más corto y tendría por lo tanto menores probabilidades de transmitir sus genes; teóricamente, los pacíficos/calmados/benignos estaríamos mejor posicionados de lo que estábamos cuando había que luchar encarnizadamente para obtener la subsistencia. Los rasgos violentos tendrían entonces menores probabilidades de ser transmitidos, comenzarían a ceder poco a poco, y en el muy largo plazo se divisaría un planeta poblado por seres humanos más pacíficos/calmados/benignos.
"…[no] podemos dudar… que los individuos que tengan alguna ventaja sobre los demás, por pequeña que ésta sea, tendrán las mayores probabilidades de sobrevivir y de reproducir su especie. También podemos estar seguros de que cualquier variación en el más pequeño grado perjudicial sería rígidamente destruida. Esta conservación de las variaciones y diferencias individuales favorables, y la destrucción de aquellas que son nocivas, es lo que hemos llamado selección natural o supervivencia de los más aptos. Las variaciones que no son útiles ni perjudiciales no son afectadas por la selección natural…" [19]
En cuanto al impacto de la selección sexual: ¿al democratizarse la consecución del sustento, y ya, teóricamente, tener menos importancia el factor económico y el rol de los anti valores en el proceso de acercamiento al sexo contrario, los seres humanos se sentirán atraídos por parejas (consideradas) buenas[20]... o parejas (consideradas) malas (de acuerdo a estándares generales)? Ahí sí no me atrevo a opinar porque va uno y mete la pata: prefiero meterla diciendo que a veces parece como si los malos no tuviesen mala reputación a menos que hayan sido condenados por crímenes atroces… Pero está claro que cuando los que cometen crímenes atroces tienen billete...
Tal vez no se pueda predecir con precisión como se va a conformar la cuestión de la selección sexual después de la democratización, pero lo que sí debemos hacer es elevar una plegaria al cielo para que los buenos “tengamos más pedido” que los malos y así los habitantes del futuro puedan vivir en un mundo que cada vez más sea un instrumento de Dios y de las fuerzas del bien.
"Varios oradores citaron este proverbio de los indios norteamericanos: ‘No hemos heredado la Tierra de nuestros antepasados, la tenemos en préstamo de nuestros hijos.’"[21]
Es así, entonces, como se detendría la tendencia bifurcadora que ya es bastante evidente; y de esa manera también “la ley del más fuerte” sería substituida por la ley de “el Bien es más fuerte que el mal”. Esta última triunfaría debido a que el problema del mal se vería profundamente impactado de manera positiva por factores como: el posible fin del uso del dinero (siendo sustituido por otro sistema de intercambio), el fin del capítulo de la lucha salvaje por la supervivencia, el posible fin de la era del trabajo por un sueldo, la eliminación de la vergonzosa brecha entre ricos y pobres, la solución al problema de la propiedad privada, etc. Todos estos fenómenos combinados harían que se redujese, gradualmente, la necesidad de echar mano de los anti valores en todas las vicisitudes de la vida diaria, como por ejemplo: la consecución del sustento, el acercamiento al sexo contrario, la valoración de los seres humanos, la política, etc.
Todo lo anterior (sumado a la prevalencia de los caracteres pacíficos/calmados/benignos sobre los caracteres violentos/agresivos/rudos en el corazón de los seres humanos) nos estaría acercando a lo que podríamos llamar “la preponderancia del Bien sobre el mal”… Inclusive es de esperarse que factores económicos estén propiciando una evolución cultural y ésta causando una veloz evolución del corazón humano y así no tendremos que esperar millones de años a que se produzca la evolución[22] biológica.
"El paleontólogo Donald Johanson en su obra 'Blueprints – solving the mystery of evolution' … percibe al hombre, como perteneciente a una especie cuya evolución emocional está muy retrasada en relación con su evolución cultural y técnica, de manera que su madurez emotiva está todavía por lograrse, conservándose aún vivos en él los primitivos instintos ancestrales, sin la influencia morigeradora de un control emocional, que equilibre su temible capacidad técnica.
Como ente de evolución, que no ha superado aún por completo sus impulsos cavernarios de agresividad, territorialidad, antagonismo, emulación, odio y envidia, el hombre moderno toma muchas de sus decisiones más trascendentales, utilizando menos su inteligencia que su apasionamiento..." [23]
Los valores y anti valores en el corazón de los seres humanos varían de cultura a cultura, de persona a persona; se han configurado a lo largo de millones de años de evolución, a lo largo de siglos de existencia de las diferentes culturas, y a lo largo de años de educación en el seno de una familia. Cumplieron y siguen cumpliendo funciones cruciales en la vida diaria, especialmente en la supervivencia de la especie. El pasado es distinto del presente y del futuro, por eso los valores y anti valores se estarán configurando de acuerdo a las necesidades de un mundo en constante transformación: los caracteres que son perjudiciales tenderán a desaparecer y los que son benéficos prevalecerán.
"La selección natural…En los animales gregarios adaptará la estructura de cada individuo al provecho de toda la comunidad; si ésta se beneficia del cambio seleccionado…" [24]
¿Cuál sería el futuro de los valores y de los anti valores cuando se sucedan los acontecimientos antes mencionados?
“Hacer lo correcto, práctica y moralmente, es tan importante para la supervivencia que estas tendencias deben ser adquiridas rápidamente, y eso puede sólo suceder si los niños están biológicamente preparados para imitar la conducta y aprender las reglas que subyacen esa conducta directamente, por observación, y sin instrucción formal o el recibo de recompensas y castigos.”[25]
¿Y cuál sería el futuro de la humanidad si problemas como el de la propiedad privada, la superpoblación, el cambio climático, la brecha entre ricos y pobres, etc. no fuesen resueltos a tiempo?