PROPUESTAS HACIA UN MUNDO SIN FRONTERAS[*]
Hay ya numerosas cuestiones planteadas en la esfera internacional, en línea con la cultura de la solidaridad...
Unas hacen referencia a políticas internacionales de redistribución de la riqueza:
Condonación de la deuda externa de los países empobrecidos.
Alcanzar, como mínimo y de forma generalizada, el 0,7% del PIB de los países ricos en “Ayuda al Desarrollo” para los países empobrecidos. Ayuda al desarrollo orientada realmente a la erradicación de la pobreza, y sin condicionantes.
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Democratización real de las instituciones financieras internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial…) y de la Organización Mundial del Comercio.
Cambios en las reglas del comercio internacional, que posibiliten realmente el desarrollo de los países del sur. Leyes anti-dumping, y fin de las subvenciones de los países del Norte a sus exportaciones.
Establecimiento de un impuesto sobre las transacciones financieras internacionales (inspirado en la llamada tasa Tobin) para controlar el movimiento de capitales y combatir la especulación financiera. La recaudación mundial se destinaría a servicios sociales básicos como la salud pública y la educación primaria de los países menos avanzados.
Defensa absoluta de los logros sociales asociados al Estado del bienestar en el Norte, con las reformas necesarias pero con la asunción del presupuesto básico del mismo, y universalización de sus logros.
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Crítica al modelo de economía y sociedad neoliberal, … (sacralización del derecho a la sustitución de derechos de ciudadanía por derechos del consumidor, desigualdad social creciente, individualismo a ultranza…).
Apoyo a las iniciativas de producción, distribución y consumo de los productos locales (artesanías, comercio justo…).
Propuesta de renta máxima individual, y distribución social de excedentes de esa renta máxima a través de un Consejo especial integrado en las Naciones Unidas.
Potenciación de la banca ética, que invierte y trabaja solamente con aquellas corporaciones/empresas que cumplen con códigos de conducta social y medioambiental reconocidos.
Profundización de las leyes antimonopolio, y vigilancia internacional de las mismas.
Favorecer la práctica de un consumo responsable, que rechaza tanto un concepto de bienestar basado en el despilfarro, como los productos y prácticas comerciales que supongan agresiones a la dignidad de las personas o cuestionen la sostenibilidad medioambiental.
Otras se refieren a la profundización de la democracia:
Presupuestos participativos locales, regionales o nacionales. Una parte del presupuesto anual es decidido, gestionado, evaluado y controlado por los ciudadanos de forma participativa.
Reforzar el rol del tercer sector y de los movimientos sociales, de forma que tengan su cauce para influir en la agenda global.
Profundizar en la gobernanza política de la globalización (defensa de los derechos humanos, lucha contra el crimen organizado) desde instancias multilaterales democráticas.
Difusión del internet en todo el planeta, como prioridad de la comunidad internacional, preservando su actual estructura de acceso libre general, que fomenta la participación ciudadana.
Promoción del voluntariado social organizado, facilitando su participación en las instituciones y su funcionamiento en red.
Fomento de formas más democráticas de empresa, como las cooperativas o empresas de iniciativa social, para que tengan mayor peso y lleguen a influir en el sistema económico.
Universalizar políticas y prácticas de responsabilidad social empresarial, de forma que éstas formen parte de los objetivos básicos de todas las corporaciones.
Gestión ciudadana de los bienes comunes universales: agua, aire, bosques, salud, logística del transporte y conocimiento. Y, para ello, aceptar la soberanía compartida de esos bienes.
Favorecer la cultura de la paz, basada en el diálogo entre todas las poblaciones y culturas, y en la resolución pacífica de los conflictos.
Y hay otras propuestas enfocadas a la protección y universalización de los derechos civiles, sociales y económicos:
Universalizar un ingreso mínimo de ciudadanía: renta básica o renta ciudadana. Se trata de un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, independientemente de otras posibles fuentes de renta que pueda tener. Dicha renta sustituye todos los actuales subsidios condicionados, e intenta garantizar a la ciudadanía la propiedad necesaria para ser autosuficiente.
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Reparto del trabajo. Estudiar fórmulas diversas de reparto, como la reforma de la semana laboral u otras.
Redefinición del rol social del sector privado: responsabilidades de las empresas y corporaciones con la comunidad local e internacional, añadidas a las actuales responsabilidades hacia los accionistas.
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Políticas nacionales e internacionales abiertas y generosas de inmigración. Políticas de migración y refugio que atiendan a estándares y normas internacionales, bajo el principio de libertad de movimiento para todas las personas.
Fomentar instituciones internacionales de defensa de derechos como el Tribunal Penal Internacional que, por encima de intereses nacionales particulares, tengan autoridad para combatir las redes globales ilegales y criminales y los negocios ilegales.
Denuncia de las violaciones de los derechos humanos en cualquier parte del mundo.
Cooperación al desarrollo dirigida al desarrollo sostenible, endógeno y autogestionado.
Potenciar la soberanía alimentaria de los países, a partir de la reducción del monocultivo y la extensión de formas sostenibles de agricultura que reduzcan la dependencia de los productores respecto a la industria agroalimentaria.